Uno de los estilos que más me gusta es el llamado Estilo Campestre, también conocido como “Farmhouse”.
Es un estilo de decoración de muebles rústico, muy desgastado y decapado, muy “Shabby chic”. Los colores más habituales son los verdes, azules, blancos o amarillos. Es un estilo que reproduce el calor de los hogares de antaño, donde la pintura aporta luz, color y calor a los muebles rústicos antiguos de madera maciza, a menudo oscuros…
Está profundamente inspirado en nuestras tradiciones e historia, en lo que todos hemos vivido en nuestra infancia, pasando las vacaciones en el pueblo con la familia. También tiene sus raíces en los típicos “Cottage” ingleses o las granjas de la América profunda, donde los muebles eran sólidos y se transmitían de generación en generación. Cada una de ella le daba entonces su impronta, pintándoles de nuevo, por lo que el último en recibir tal herencia se encontraba con un mueble con varias capas de varios colores. El paso del tiempo y el uso diario lo habían desgastado, convirtiéndolo en un objeto único y con carácter… testigo mudo de muchas historias. Algo que nuestra generación ha sabido reconocer como una marca inequívoca de autenticidad y se esfuerza por reproducir.
El estilo Campestre y Alicia Designart, una vieja historia
Los muebles antiguos pintados me han gustado desde que llegué a Francia, con 21 años, a un pequeño pueblo de la Bretaña Francesa llamado Vannes, pero las casas de pueblo han ejercido sobre mi una fascinación increíble desde que era pequeña. Mis padres habían emigrado desde el campo a la ciudad, como la gran mayoría de la población española durante los años 50 y 60, y mis abuelos y algunos tíos y tías seguían viviendo en el pueblo ya que mi familia poseía viñedos que había que cuidar. Llegar desde la ciudad de Valencia al pueblo de mis abuelos era una aventura en aquella época, pero una vez allí todo era tan diferente para los niños urbanitas que éramos que valía la pena el viaje sin duda.
La casa de mis abuelos era la típica de piedra castellana, con pozo en el corral, una cocina de leña, una gran lumbre en el comedor, y habitaciones frías y oscuras, de camas antiguas de hierro y mesitas negras altas y estrechas. No me gustaban nada los dormitorios, confieso que me daban un poco de miedo. En cambio, me encantaba la cocina con su calor, sus olores a comida y leña, y con sus “cacharros colgantes”: ristras de ajos, chorizos, hierbas aromáticas y pimentón, pucheros, cazuelas esmaltadas, sartenes utilizadas una y otra vez. La pared encalada pero manchada de hollín en la chimenea. Pero aún había sitios más misteriosos en la casa: la fresquera o cueva (nevera DIY ecológica y sostenible) y el desván.
En el desván todo era mágico : de la oscuridad y el polvo tamizado por los rayos de sol que entraban por la ventana, decenas de bultos y cachivaches emergían lentamente…
Eso era para mí como la cueva de Ali Baba, llena de tesoros maravillosos: baúles antiguos, cunas de madera, balanzas romanas, ruedas de carro, sillas, juguetes de madera y hojalata, bicicletas, damajuanas, botes de conserva, mermeladas y aceitunas…
Me gustaba mucho la alacena con sus cortinas y puntillas hechas a mano, todos los baúles de la casa y los percheros Thonet. Los armarios eran maravillosos. Todo era de madera maciza, precioso… Lo único que me inquietaba era la oscuridad, frialdad y seriedad que transmitían algunas habitaciones.
Estilo campestre, o el impacto del color en un mueble rústico
Cuando descubrí el mueble antiguo pintado fue como una revelación : “y se hizo la luz” fue lo primero que sentí. Había encontrado la perfección absoluta, la proporción áurea. Existían muebles antiguos de madera hechos a mano pero alegres y luminosos! Había descubierto mi pasión : pintar y decorar sin parar. Y el estilo que más me gusta es el campestre, el rústico pintado y desgastado, el “Farmhouse” muy desgastado y decapado, muy “Shabby chic”.
Disfruto inmensamente pintando alacenas de verde, azul, blanco o amarillo, encerando sus cajones, decorando con láminas de Découpage sus cuarterones, puliendo las llaves y tiradores, empapelando, grapando malla de gallinero y patinando con cera.
Me gusta muchísimo este estilo que según mi opinión crea ambientes muy acogedores, reproduciendo el calor de los hogares de pueblo de antaño… Siendo uno de los elementos esenciales esos muebles rústicos antiguos de madera maciza, decorados, que aportan luz, color y calor.
Si queréis aprender a decorar muebles en estilo Campestre o Farmhouse, tengo previsto un curso de decoración estilo campestre dentro de unas semanas. Podéis ver la ficha completa haciendo click aquí.